Guild Wars 2

Desde que el Guild Wars 2 decidió no implementar la coloquialmente llamada “Santísima Trinidad” (tanque-dps-healer) los jugadores, acostumbrados al mismo modelo preestablecido durante años, nos ha costado adaptarnos a este modelo de combate dinámico en el que no existen roles puros.

Hoy vamos a hablar del guardián, pertenece a las clases de tipo “support”, es decir, no es el que más daño hace, ni el que más aguanta, pero es una pieza fundamental en muchos equipos porque “apoya”. Las habilidades del guardián no se centran en el propio individuo, sino en beneficiar al grupo, por lo que podemos decir que un guardián en un grupo aumenta exponencialmente su poder.

Para saber ser una pieza fundamental en tu equipo debes sincronizarte con él y dominar tus habilidades, por ejemplo:

-Mansión Caudecus, túneles subterráneos, un angosto pasillo por el que avanzáis al unísono y delante vuestro, cuatro ‘NPCs’ de tipo fusilero. ¿Qué hacer en este caso?. El guardián tiene una habilidad llamada “Muro de reflejo” que crea una pantalla de energía delante suyo que hace rebotar los proyectiles enemigos y hace que cualquier proyectil aliado que lo atraviese consiga más daño al proporcionarle “luz”. Con esto conseguimos invulnerabilidad para nuestro equipo durante 10 segundos además de un bonus en daño a distancia.

-‘Boss’ de rango legendario que basa su daño en condiciones, ¡No os preocupéis! ¡Sois guardianes! Quitar condiciones a vosotros mismos y a la vez a vuestro equipo no es problema para vosotros. Antes de entrar en combate nos equiparemos la habilidad de (por ejemplo) “Contemplación de la pureza” que transforma todas nuestras condiciones en bendiciones; con lo que no solo nos quitamos condiciones si no que encima conseguimos ‘beneficios’ ¿Genial verdad? ¡Oh! ¿Qué hemos dicho que el guardián apoyaba al grupo? Pues usas la habilidad de “¡Poneos a salvo!” con la que todas las condiciones de tus compañeros pasas a tenerlas tú, y te preguntarás… ¿Entonces yo moriré, no? ¡No! Porque la misma habilidad te da un buen número de ‘bufos’ con los que contrarrestar dichas bendiciones. Ahora, amigos míos, pensemos un poco ¿Qué tal si combinamos las dos habilidades? Primero usamos “¡Poneos a salvo!” y a continuación “Contemplación de la pureza”, con lo que conseguimos más ‘bufos’ aún y que los que ya teníamos se reinicien sus contadores y nos duren más tiempo.

-De repente observas como la situación con un ‘pull’ se os va de las manos, usas “Santuario” que crea una “burbuja” a tu alrededor que no pueden traspasar los ‘NPCs’ enemigos ni sus proyectiles, además de curarte. Llamas a tu grupo para que corra a meterse en dicha “burbuja” con lo que ganar unos segundos imprescindibles.

Estos son algunos ejemplos (existen infinidad de situaciones y formas de superarlas) de como un solo guardián puede cambiar las tornas de la batalla, gracias a sus habilidades de grupo sin, aún así, destacar en nada como individuo solitario; pero, eso sí, sabiendo defenderse ante prácticamente cualquier situación.

Otra ventaja de los guardianes es que son capaces de invocar ‘armas espirituales’. Hasta tres a la vez que pueden ser: “Martillo de la sabiduría”, “Espada de la justicia”, “Arco de la verdad” y “Escudo del vengador”.
Si a través de ciertos ‘rasgos’, mejoras tus habilidades hacia las ‘armas espirituales’, puedes conseguir tres “compañeros” de batalla muy beneficiosos.

En definitiva, el guardián es una clase (en mi opinión), bastante divertida con la que apoyas a tu grupo y a ti mismo de mil maneras distintas. Además puedes orientarte a dar “beneficios”, a tener las ya nombradas armas espirituales, a hacer más o menos daño, a proteger y/o curar a los tuyos y muchos más roles que con un poco de imaginación podremos descubrir.

Segunda parte de la guía —>

Hoy hablaremos de los principales ‘buffos’ de los que dispone la clase guardián: la quemadura como ‘buffo’ de daño y la égida como ‘buffo’ defensivo. No quiero llevar a engaño a nadie, el guardián dispone de muchos más ‘buffos’ pero estos son los dos principales.

Empezaremos hablando de la égida, el ‘buffo’ defensivo. La égida se obtiene de forma pasiva si tenemos recargada la “Virtud del Valor” (F3 es la tecla por defecto para activar dicho poder). Obtendremos la bendición cada 40 segundos si no activamos dicha virtud. Si la activamos obtendremos égida al instante para nosotros y todos nuestros compañeros. La función de esta bendición es bloquear el primer ataque que nos lancen en cuanto esté activada, cosa realmente importante sobretodo en los combates contra ‘bosses’.

Imagináos que estáis en un grupo intentando liquidar al último ‘boss’ de la instancia. Estáis todos con la vida por los suelos y observáis como el ‘boss’ os va a lanzar un área; por el caos del combate vuestros compañeros no se dan cuenta de que van a morir en un par de segundos. En un acto reflejo pulsáis F3 para daros a vosotros y a todos vuestros compañeros la égida, con lo que todos bloqueáis de manera pasiva el golpe que os acaba de lanzar. ¿Resultado? Un golpe que no ha acabado con todo vuestro grupo y un bloqueo que os ha dado la oportunidad de poner el combate a vuestro favor.

Tenedla siempre lista y no la activéis por activar con cualquier ‘NPC’ enemigo, ya que tarda minuto y medio en volver a estar lista para activarse.

Ahora hablaremos del ‘buffo’ agresivo del guardián, dicho ‘buffo’ es la quemadura. Con la quemadura conseguimos hacer mucho daño de condición al enemigo (o enemigos) que estemos atacando de manera pasiva. La quemadura sigue el mismo esquema para activarse que la égida; se activa con la “Virtud de la Justicia” de manera pasiva o si pulsamos F1 de manera activa. Cuando tenemos la virtud cargada y lista, nos hace provocar una quemadura al enemigo cada cinco ataques y si la activamos, causamos dicha quemadura nosotros y el equipo con nuestro próximo golpe. El ‘buffo’ pasivo hace menos daño que activarla directamente, pero si la activamos, no podremos usar ninguna de sus ventajas en los 30 segundos que le cuesta recargar dicha habilidad.

El guardián no se reduce solo a esto, pues, como he dicho al principio de la entrada, puede crear un buen número de bendiciones con sus habilidades (protección, regeneración, represalia…) y puede tener más tipos de daño de condición a parte de la quemadura (ceguera, incapacitar, vulnerabilidad…). Tampoco he nombrado su tercera y última virtud; a parte de la “Virtud del Valor” y la “Virtud de la Justicia”, esta tercera habilidad es la “Virtud de la Determinación” que cura poco a poco si la tenemos recargada y que si la activamos nos cura algo de salud a nosotros y a nuestro grupo.

Ya véis que las tres virtudes funcionan de manera distinta al resto de habilidades, estas son las que definen al guardián y su capacidad para adaptarse a cualquier situación ya que cada una de ellas se centra en un aspecto del juego (daño – cura – defensa) y nos define como clase “support”.

*Hay mas formas de activar la égida y la quemadura que con las virtudes, pero hoy me he centrado en hablar solo de como activarlas de esa manera.

<— Primera parte de la guía