Cuentacuentos: esperando junto a la hoguera...

Cuentacuentos: esperando junto a la hoguera...

in Trasfondo e historia

Posted by: Yulis Viento.6498

Yulis Viento.6498

Hola a todos.

La idea de este post viene de otro hilo en el cual algunos usuarios se mostraron reacios hacia esta. Así que para no estorbar a nadie abro este apartado para quien guste visitarlo y participar.

Se trata de contar cuentos sobre Guild Wars 2. Relatos cortos sobre aventuras relacionadas con los grandes sucesos actuales que no necesariamente tengan principio o fin. La intención no es crear hype o sacar la información sobre las actualizaciones del contexto, sino compartir un poco de imaginación y descubrir la visión de los jugadores sobre lo que les inspira el entorno del juego.

Vamos a crear un poco de historia contada por los héroes desconocidos para que las futuras generaciones canten odas en su memoria.

En este momento la temática es Llama y Escarcha: La Destrucción.

Un saludo.

P.D.: estáis todos invitados a participar y a opinar.

(Editado el por Yulis Viento.6498)

Cuentacuentos: esperando junto a la hoguera...

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Posted by: Yulis Viento.6498

Yulis Viento.6498

Las castañas.

Dos charr separados de su escuadra tras una repentina ventisca descansaban junto a la hoguera. Eran Orlek Viejo Gruñón y Raff el Papanatas. En realidad Orlek no era viejo, era el mayor de la escuadra, pero tan gruñón y tan cabezón que el resto de los compañeros le designaron el nombre sin haber tenido que ponerse de acuerdo. El Raff siempre fue el más simplón, directo e inocente del grupo, se ganó el apellido a pulso, aunque de tanto en tanto sorprendía con el ingenio y sobre todo con su infinita suerte que lo acompañaba donde fuera.

Raff removía las hojas caídas con un palo, excavando cada vez más fondo.

- ¿Qué haremos, Orlek? – preguntó. – ¿Cómo buscaremos a los demás?
- Desde hace dos días que me preguntas lo mismo, – renegó el Viejo.
- Ya, ya… y tu me respondes que los encontraremos en la Ciudadela Negra. ¿Cómo lo sabes? – Antes de oír la respuesta, evitando la mirada del viejo, contestó a si mismo, – Si, si, que es donde nos dirigíamos antes de separarnos. Pero seguimos sin saber donde están.

Orlek refunfuñando se puso a rebuscar en la mochila. Llevaban todo el día sin comer y tenía la esperanza de encontrar un trozo de cecina seca. No se pararon a cazar, aunque lo único vivo que encontraron de camino fueron cuatro ratas y un par de conejos que se pudieron escabullir antes de que ninguno de los charr pudiera desenfundar las armas.

- Aún faltan nueve días de camino hasta la ciudad si seguimos con el mismo ritmo, – observó el Gruñón sin dejar de remover en la mochila. – Mañana tenemos que cazar algo, si no moriremos de hambre antes de llegar.
- Pues yo me moriré ahora si no como algo, – objetó Raff.

Tenía las hojas delante suya totalmente revueltas. Estiró la mano y cogió algo que parecía una piedra redondeada. Al mirar un poco mejor se dio cuenta de que era alguna especie de fruto de algún árbol o arbusto. Lo cierto es que no sabía qué era.

- ¡Oye, Viejo! ¿Esto qué es? – preguntó.

Orlek se giró con desgana para ver qué le mostraba Raff.

- Es una castaña que se habrá caído del árbol debajo del que estás sentado, – respondió con acritud.
- ¿Se puede comer? – en los ojos del Papanatas brillaba el fuego de la ilusión.
- Es comida para cerdos, idi-ota.
- ¿Pero lo probaste? – no se quería rendir. El hambre era un estímulo demasiado fuerte.
- ¿Por que iba a probar yo la comida de cerdos?
- Mmmm… lo pondré en las brasas. Una vez, cuando era un cachorro, oí decir a un mayor que la comida caliente no puede estar cruda.

El Viejo retorció el morro en una mueca de asco y se giró hacia el bosque.

Después de un rato se oyó un crujido parecido a una pequeña explosión. Raff miró la castaña y vio que se le había partido la piel. La peló con cuidado, la pinchó en una garra y olió. Era un olor extraño, pero no indicaba nada peligroso. La castaña se fue a parar entre los colmillos del hambriento charr. Aparte de haberse quemado la lengua, le encontró un gusto agradable y se puso a cuatro patas para buscar más entre las hojas cubiertas por una fina y efímera capa de nieve. Poco después tenía delante suya montado todo un banquete de castañas encima de una sartén.

Tenía la lengua hacia fuera para que se ventilara la quemadura y unas gotitas de saliva resbalaban desde la punta al suelo. El hambre era atroz. Una tras otra empezaron a oírse las pequeñas explosiones de cuando se rompía la piel. Raff retiraba los fruto extraños cuando pensaba que estaban listos para comer, los pelaba y los ponía en un bol de madera. Cuando acabó, le ofreció a Orlek:

- Toma, se pueden comer y no están mal.
- ¿Te has vuelto loco? Te repito que esto es para cerdos. ¿Tengo morro de cerdo? ¿Soy de color rosa? Anda ya, déjate de tontunas.

El Viejo Gruñón se puso a limpiar las pistolas. Mientras tanto Raff devoraba su festín. No se le quitó el hambre del todo, pero decidió dejar algo a Orlek por si este cambiaba de idea.

- Ahora al menos podré dormir, – dijo.

Se acurrucó y cerró los ojos. “Cuando llegue a la ciudad, hablaré con algún chef, – pensaba. – ¿Cómo se llamaban? Hmmm… Hacían explosiones cómo ¿cañones?. ¡Si! ¡Eso es! ¡Castañonas! Tengo que usarlos para cocinar jabalí. Cerdo a las castañonas de Raff. Me gusta como suena." Abrió un ojo y vio a Orlek estirar sigilosamente la mano hacia lo que quedaba en el bol, sonrió para si y se sumió en el sueño.

(Editado el por Yulis Viento.6498)

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Posted by: Yulis Viento.6498

Yulis Viento.6498

El arte de la ilusión.

Anita Marfey llevaba cuatro días caminando. Era una tarea titánica para una mujer humana de ochenta y seis años. Lo peor estaba por delante, pues aún le quedaban 8 días de viaje hasta Hoelbrak. La carretera estaba llena de peligros y era un milagro que no se encontrara con con problemas hasta ahora. Varios carruajes tirados por toros o dolyaks la adelantaron en estos días, pero se negó a sus invitaciones de unirse a ellos, pues prefería avanzar en soledad, pensando que así no llamaría la atención de ningún asaltante. Se equivocaba.

Era mediodía. Hacía mucho frío y estaba empezando a nevar. El bosquecillo de abedules que estaba atravesando, la protegía muy poco del viento. Anita detectó movimiento a su derecha y se giró para ver qué era. Ante ella se elevaba un hombre vestido con cuero y pieles de buena calidad. Era humano, pero muy alto para el cuerpecillo encogido de la anciana.

- Cuatro oros o tu vida, – soltó con descaro el hombretón.
- ¿Vas a atacar a una pobre anciana? – preguntó Anita con una voz seca y temblorosa.
- ¿Por qué has de ser diferente a los demás? – se encogió de hombros con indiferencia.
- Pues no tengo oro, y si lo tuviera no es para vosotros, malditos bandidos.

El asaltante con un gesto perezoso liberó el martillo que llevaba a la espalda.

- Tu te lo has buscado, vieja.

Cargó contra Anita, estampando el martillo en el lugar que hacía un instante pisaba la anciana. Se quedó parado con cara de sorpresa cuando vio que esta había desaparecido. Anita Marfey, invisible se desplazó colocándose detrás del matón, le rodeó con un brazo y con un gesto preciso y firme le cortó el cuello con una daga. La sangre le regó toda la mano y casi todo el antebrazo derecho. Dejó resbalar el cadáver al suelo y temblorosa se derribó de rodillas ante él. Una lágrima cayó de su rostro. El esfuerzo realizado la dejó totalmente agotada y haber asesinado a una persona no la hizo sentirse feliz precisamente.

Reuniendo las fuerzas que le quedaban se levantó para marcharse, pues no era seguro quedarse en el lugar, ya que podían haber más bandidos en los alrededores. Se giró en la dirección en la que caminaba antes de que su marcha fuera interrumpida.

En el medio del camino se postraba un grupo de doce dragas. Todos miraban a Anita con sus ojos ciegos y rostros inexpresivos. Uno de ellos se adelantó, levantó la mano en la que sujetaba el bác-ulo e invocó un rápido conjuro. La onda sónica impactó contra el pecho de la anciana con una fuerza brutal, expulsando todo el aire que tenía en los pulmones. Un crujido húmedo y desgarrador llenó el aire: las costillas reventaron y el esternón partido por la fuerza del impacto se hundió en el corazón. El charco de sangre se formó antes de que el cuerpo pudo llegar al suelo.

Los draga se retiraron sin hacer ruido ni pronunciar ni una palabra. Cuando desaparecieron de vista, una anciana se acercó al cadáver tirado en el suelo y con un leve gesto lo borró de la faz del mundo.

“Menos mal que Brenda me insistió en aprender el truco del “señuelo” cuando tenía 15 años, – pensó. – Cuantos castigos y cuantas tragedias pude evitar desde entonces."

Anita Marfey reprendió su camino. Aún le quedaban 8 días de viaje hasta Hoelbrak.

(Editado el por Yulis Viento.6498)

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Posted by: otavon le.4750

otavon le.4750

…escribo un poquito como mi imaginación esta oxidada continuo algo que deje por ahí..

Quedan 6 dias

En muy raras ocasiones nubes oscuras cierran el magnifico cielo de la arboleda, al Arbol Palido no le agradan las tormentas -no es algo caprichoso- él como todas las criaturas vivientes de tyria recuerdan lo ocurrido el decimo sexto dia del sexto mes de 1306 cuando a mediodia (a la ¨hora de comer¨) en el desarrollo de una fuerte tormenta un rayo paso rozando la superficie de la tabla en la que Ventari habia escrito años atras un testamento de paz y amistad eterna, de este viejo marmoreo legado surgio un estruendo tal – un chirriante grito de dolor- que resono por todos los confines del continente enmudeciendo volcanes y disipando no solo la tormenta tambien y por desgracia el sueño de una sylvari que despertó desamparada , no era aún la adulta semilla germinada , era entre los suyos una anomalia e incluso el Arbol Palido con su sabiduria no podia mostrale el camino a seguir, sin recuerdos validos y con un aspecto inocente y jovial decidio marchar en busca del destino que se le habia negado.

Su nombre lo escribierón otros , cada uno en su lengua ; cada dia una batalla cada minuto un reto, su capacidad de aprender y desenvolverse con soltura no paso desapercibida para los eruditos del Priorato de Durmand , el propio Ogden Curadordepiedra quedo fascinado de su intelecto y lloró como hacia siglos que no lo hacia cuando está emprendio de nuevo su travesia…

La ¨hija del rayo¨ ansia encontrarse con su sueño , veloz como el viento recorre el dia y la noche en busca de pistas para encontar el sosiego , la paz interior(Y la de todos los sylvari que la conocen y sufren por ella) su camino esta lleno de esperanzas , el Arbol Palido le ha ha hablado de un presentimiento,dentro de seis dias encontrara lo que tanto tiempo lleva buscando… solo 6 dias

Psd : dedicado a alguien que tb nacio ese dia de ese mes y a esa hora

Gracias por leerme

(Editado el por otavon le.4750)