Ataque Karka (rol)

Ataque Karka (rol)

in Creaciones de la comunidad

Posted by: Borfeus.6578

Borfeus.6578

Queridos hermanos, ha llegado el momento para el que nos hemos estado preparando; es el momento de emprender la defensa de nuestra amada tierra y sus gentes, no importa si tenemos que hacer el sacrifico final; todo ello será recompensado con las vidas que salvemos, este es nuestro momento de gloria, no podemos fallar. Por eso hago el llamamiento a las armas, por nuestro honor, porque no conocemos el miedo ni la derrota.

Las bestias del fondo del mar llamadas “Karkas” vienen en estos momentos hacia Arco del León. La gente está muy asustada y no les culpo, todos creen que fallaremos, pero en nuestro credo está que hemos de creer lo que otros pusieron en duda ¡La debilidad es algo que no puede habitar en nuestro corazón!

Nos encontraremos en el patio de armas de Arco del León y de allí marcharemos a la victoria o la muerte, de cualquier modo regresaremos como héroes…

Día 1:

Primer día de la invasión karka, hemos defendido Arco del León como hemos podido; tres cuartos de la población civil muerta y muchos de nuestros mejores hombres ahora están siendo enterrados por los que se han ofrecido voluntarios para tan desagradable tarea.

Su progenitor, un ser de más de cinco metros de altura, apareció en la costa y comenzó su invasión. Estábamos motivados, pero teníamos miedo. Esas bestias eran algo totalmente desconocido para nosotros y no conocíamos sus puntos débiles por lo que no sabíamos que esperar de la cruenta batalla que se nos avecinaba.

Después de que aquel ser apareciese de entre las aguas, cientos de esas bestias empezaron a invadir toda la ciudad de forma increíblemente rápida, en seguida cundió el pánico entre la población y las tropas. Los escuadrones que nos habían asignado estaban situados en el puente de la Gran Plaza que da al barrio obrero de la ciudad. Nos encontrábamos en una situación complicada, si les hacíamos un cuello de botella en el puente, al final nos rodearían y matarían a toda las gente que estábamos protegiendo; así que debíamos actuar rápido. Los Templarios de la Luz, como unidad de élite, debíamos subir la moral al grueso del ejército, por lo que ordené una carga frontal contra la masa de karkas que se abalanzaban contra nosotros pues nuestra única solución era acabar con ellos y rápido.

Acabamos con un gran número de esas bestias, pero cayeron muchos de nuestros hombres; era un sacrificio necesario para defender nuestra tierra y aquellos a los que protegíamos. Nunca antes habíamos imaginado unas bestias así, sus caparazones eran prácticamente irrompibles, los jóvenes eran unos de los bichos más rápidos y fuertes que he visto en toda mi vida, las crías salían en oleada y se lanzaban a morder y mutilar a los soldados mientras que los más grandes eran unos seres prácticamente indestructibles.

Llegó un momento de caos total, los soldados luchaban individualmente, desperdigados, sabía que si teníamos una mínima posibilidad de defendernos de tal ataque debíamos permanecer unidos. Ordené a mis maestres que reagrupasen a las tropas y acabamos haciendo una formación cerrada en la Gran Plaza. Aguantamos lo suficiente para ir matándolos poco a poco y rezar para que en los otros puntos de la ciudad la situación estuviese mejor.

Ellos eran más, pero nosotros éramos mejores. Con un número incontable de víctimas conseguimos acabar con ellos pero no se fueron sin dejar su huella, el faro de Arco del León, uno de los símbolos más apreciados de la ciudad que fue construido cuando esta se fundó originariamente antes de la gran inundación, fue destruido por uno de esas bestias en su huida.

Cansados pero con la moral alta de nuestra “victoria” decidimos organizar el contraataque, esta vez, en su propio hogar…

Día 2:

Al día siguiente del ataque a Arco del León, decidimos partir hacia las costas del Mar de los Pesares, en concreto a la Cala del Sol Austral, a acabar con la colmena karka que tanto daño había hecho a nuestra gente. A los soldados solo les motivaba una cosa: la venganza.

Después de una dura noche y con tan solo un par de horas de sueño, embarcamos en uno de los barcos de transporte de la ciudad y pusimos rumbo a la tierra de los karkas. Se respiraba odio en el ambiente, muchos de mis hombres habían pasado la noche enterrando familiares y conocidos, oyendo gritos y llantos hasta altas horas de la madrugada… La parte positiva es que ese odio les haría no retroceder. Vi como algo a su favor el estar navegando, pues la tranquilidad de las aguas y el silencio era algo que en ese momento todos necesitábamos.

Al desembarcar observamos como las tropas habían estado aprovechando el tiempo, ya había pequeños campamentos montados y se oía el ruido de pequeñas escaramuzas isla adentro. No perdí el tiempo y organicé a mis hombres en torno a mí. Les dije que esta era su oportunidad de vengarse, que cuando se les ocurriese retirarse, pensasen en la noche que acababan de pasar enterrando a sus muertos. Se que fui cruel, pero los necesitaba al 200%; después de ese día se ganarían un merecido descanso.

Partimos hacia el interior de la isla, la resistencia karka era apabullante, ni siquiera era nuestro territorio, con lo que teníamos otro punto en contra nuestra. Cuando conseguimos llegar a la guarida del progenitor éramos la mitad de hombres de los que habíamos desembarcado. Nos lanzamos al ataque con el odio como arma y la venganza como escudo, era el karka más fuerte y hábil que habíamos visto en lo que llevábamos de batalla, ni siquiera en Arco del León luchó con tal fiereza. Sus cuatro patas nos golpeaban y su caparazón era inexpugnable. A base de resistencia y habilidad conseguimos dejarle sin su preciada armadura con lo que se convirtió en un objetivo fácil. Cuando apenas le quedaban fuerzas, incrustó una de sus patas en la lava que teníamos detrás y, mágicamente, un extraño proceso empezó a recorrerle todo el cuerpo hasta convertirlo en una gran escultura de piedra. Habíamos derrotado al ser que tanto daño nos había hecho, o al menos lo habíamos “petrificado”.

Su líder había muerto pero la guerra aún no estaba ganada, quedaban muchas cosas por hacer. A pesar de ello, decidí darles a mis hombres un permiso de un par de semanas, se lo habían ganado a pulso. Eran los hombres más valientes con los que jamás había luchado, eran Templarios…

Blog de Guild Wars 2 y sobre uno de sus clanes, los Templarios de la Luz [TL]:
http://templariosdelaluzgw2.blogspot.com.es/