Vendetta, el primer encuentro

Vendetta, el primer encuentro

in Historia personal

Posted by: Arkangel Lee Ahpar.6018

Arkangel Lee Ahpar.6018

La aguja más grande del reloj marcó el momento, el Sol se ocultaba definitivamente tras su último rayo de luz en el horizonte.

La noche, había dado ya el relevo a otro nublado día en el lugar llamado El Mercado, donde se reunían todo tipo de mercaderes en Arco de León.

Una figura emergía de los tejados que hasta el momento no habían tenido más actividad durante el día que el ir y venir de las gaviotas. Una silueta que pasaría inadvertida ante cualquiera que estuviera mirando hacía allí en ese momento. Toda su vida, todo su entrenamiento habían sido dedicados para el sigilo y su destreza, en su defensa y ataque, pero sobre todo, un fin: cumplir sus objetivos. Él era un asesino.

Sabía perfectamente a dónde dirigirse, había pasado una semana que le habían encargado una misión, y él se tomaba su trabajo muy en serio. Tenía todas las piezas perfectamente encajadas en su cabeza, rutas de entrada y salida, las condiciones climatológicas de esa noche, los cambios de guardia, todo, lo había estudiado todo. Conocía a la perfección su trabajo.

Se deslizo por los tejados rápidamente hasta alcanzar la casa de su objetivo, unos guardias vigilaban abajo las dos entradas de la casa… “principiantes”- pensó.

Ató la cuerda que llevaba colgada de su hombro, a un saliente del tejado y se deslizó boca abajo hacia una de las ventanas. Era la ventana que daba a la habitación del dormitorio de su objetivo.

Todo había resultado según lo planeado, la ventana no presentaba ningún obstmininoy el dormitorio se encontraba a oscuras, pero su vista había sido entrenada para ver y desenvolverse en la oscuridad, un asesino vive en la noche, donde las sombras se hacen infinitas a la par de su camino.

Instintivamente, según avanzaba, su mano desenfundaba la daga de su costado derecho, un pequeño destello salía de su daga, que contrastaba con todo su atuendo negro. Tenía una pequeña inscripción en uno de los filos, que rezaba así: “Soy la Justicia de mi Amo”.

El comerciante Jareiv, se había ganado muchos enemigos con sus artimañas para conseguir siempre que sus beneficios se duplicaran, aún a costa de otros intermediarios, por eso, no era de extrañar que algunos comerciantes…. se hubieran puesto “de acuerdo” para contratar los servicios de Vendetta, un asesino que era una leyenda, de la que pocos conocían su historia, pero todos sabían que existía, le llamaban “el asesino sin rostro”.

Su cabeza sobresalía de las mantas, la respiración era agitada, seguramente por la obesidad de su cuerpo, pero Jareiv dormía profundamente y él le daría su sueño eterno y definitivo.

Fue puro instinto, casi imperceptible, sólo había sido un chasquido de madera que procedía del tejado, pero fue suficiente para echarse a un lado y mirar hacia arriba y ver como una figura escarlata caía sobre donde tan solo unos segundos antes él había estado, y de no apartarse, las dos dagas que ahora perforaban el suelo, hubieran acabado con su misión en ese mismo momento.

Casi… casi, estaba sorprendido, pues no recordaba esa sensación de sorpresa que durante años le había abandonado, no entendía como alguien había estado suspendido en el techo, ni por cuánto tiempo había estado allí, incluso la forma exquisita de haber lanzado aquel ataque.

Todo fueron segundos, cuando vio y comprendió que aquello sólo había comenzado, su contrincante, no había finalizado su primer ataque.

La pierna de su adversario se arrastro por el suelo con la intención de derribarlo, tuvo que saltar hacia atrás para que no lo consiguiera. Con una agilidad digna de mencionar, se incorporaba desde el suelo con una sucesión de golpes, patadas y ataques con sus afilados cuchillos que le iban arrinconando contra la pared, mientras él se iba protegiendo con la daga que tan solo unos instantes antes iba a completar una misión sencilla.

Cada golpe era más difícil de esquivar, más difícil de evitar, hasta que su talón golpeo contra la pared y vio como el cuchillo de su rival cogía fuerza hacía atrás dispuesto a atravesarle el cráneo con el que pretendía que iba a ser el último ataque.

El sonido metálico entrechocando los dos aceros fue el único sonido que pudo haber despertado en ese momento al único testigo de aquel increíble combate y que para bien o para mal, se hallaba dormido a tan solo un par de metros.

El asesino había desenvainado la daga de su costado izquierdo y bloqueado la daga que le hubiera quitado la posibilidad de la victoria. Sus miradas, detenidas en el tiempo por los segundos del forcejeo, se miraban fijamente, estudiándose, quizás buscando hallar el punto débil del otro y al mismo tiempo… divirtiéndose.

Vendetta giró levemente la daga que le había salvado la vida, al igual que su hermana gemela, en un costado del filo, llevaba otra inscripción, se podía leer con letra fina: “Soy la Defensa de mi Amo”

- Sabes… – su voz parecía despertar después de mucho tiempo dormida por el silencio- hacía mucho tiempo que nadie me había hecho recurrir a Defensa. ¿Puedo saber el nombre de la persona a la que voy a matar? No recuerdo haber oído hablar a nadie de tus características hasta el momento.

Primero hizo un gesto negativo con la cabeza, luego la oyó susurrar

- Ni yo hubiera pensado ver y oír al mismísimo Vendetta, y menos ser yo la que le quitara la vida.

Se llamo así mismo novato, “¿Una mujer?”, sus movimientos, la silueta, su estilo de combate y tuvo que ser por la voz por lo que se dio cuenta. Aunque todo había sucedido muy deprisa, tenía que haber sacado ese detalle mucho antes. Ya había luchado con mujeres muchas veces, eran dignas adversarias y jamás había dudado de sus cualidades. Pero ¿quién diablos era aquella mujer que le había sorprendido y obligado a hacer uso de sus dos gemelas.

Ella inclino la cabeza, él la observaba extrañado aún con sus pensamientos y para su asombro algo le hizo volver al momento, ella le había guiñado el ojo.

Le había hecho distraerse más de lo permitido en un combate de esas características cuando noto que ella dejaba de ejercer presión en el forcejeo, para a continuación lanzar sus armas al tejado de madera, al mismo tiempo que sintió que alguien al otro lado de la habitación empezaba a abrir la puerta.

Todo estaba saliendo mal, el servicio de guardia iba hacer su aparición en el dormitorio, la mujer que le había atacado saltaba hacia sus armas clavadas en el techo y con un movimiento tan elegante como sutil, hacia balancear su cuerpo hasta quedarse totalmente estirado horizontalmente y paralelo al techo y ocultándose entre la oscuridad -así es como lo había hecho, cuando yo entré- pensó el asesino. A él solo le toco correr hacia la puerta mientras se abría lentamente.

El guardia pasaba cerca de la habitación de su señor cuando tuvo la sensación de haber oído un ruido metálico, así que despacio, decidió entrar a comprobar que todo estaba en orden. No era la primera vez que una maldita gaviota se había colado por la ventada de aquel tercer piso. Con cuidado de no hacer ruido, no quería arriesgarse tampoco a despertar al hombre que le pagaba tan generosamente por su seguridad. Conocía bien de sus cambios de humor y de lo que era capaz de hacer cuando se enfadaba. Una cosa era matar para él y otra bien distinta, convertirse en una de las víctimas de su Señor.

Entró y vio lo que esperaba ver, a su amo roncando y dando vueltas en una habitación vacía. Dio unos pasos hacia adelante, girando sobre él para asegurarse de que todo estaba en su lugar. Cuando se fue convencido de que nadie más había en aquella habitación y cerró la puerta detrás de él, el que había sido el escondite del asesino, se desvaneció. Instantes antes, le había dado justo el tiempo necesario de ocultarse detrás del espacio que la puerta había dejado entre la pared al ser abierta.

Al mismo tiempo, del techo, donde no había dejado de prestar atención, se desprendía con la misma elegancia con la que se había ocultado, la figura que le había tenido obsesionado aquella noche. Pero aquel movimiento le daba la oportunidad y la ocasión de atraparla y conseguir resolver algunas preguntas y alguna información.

Se abalanzo sobre ella, a pesar de que se encontraba en el suelo y el ataque de Vendetta había sido repentino, ella consiguió no solo esquivarlo, sino que con ese movimiento la espalda libre de protección de Vendetta quedaba abierta la posibilidad de cualquier ataque.

Su pierna fue el arma elegida para lanzar una fuerte patada a la espalda de Vendetta, pero cuando iba a tocarlo, allí donde se suponía de haber impactado la pierna con la espalda, choco contra una columna de humo. Inmediatamente después sin tiempo a más reacciones, ella noto como en su garganta el filo de una daga rozaba su garganta, al mismo tiempo que un brazo la rodeaba por la cintura.

- Y ahora pequeña, me vas a decir dos cosas: ¿quién eres? y ¿qué haces aquí?
- Eso ha sido un golpe bajo, has usado el paso sombrío.
- Y eso, no es una respuesta a ninguna de mis dos preguntas.

La daga apretó un poco más su garganta, quizás así no le permitiría volver a esquivar ninguna de sus preguntas.

- Esta bien -pareció que al final había desistido en la resistencia- me crié en la calle, al contrario que tú, que seguro te has estado en las mejores Academias y has tenido los mejores maestros. Yo aprendí todo lo que tenía que aprender de otro tipo de maestros, de otras formas, de otros métodos.
- Tú estilo es diferente, es cierto, más directo, indiscutiblemente. Pero me has demostrado tu destreza y un excelente ataque, apuntas maneras. Continúa.
- Jareiv está hundiendo los negocios de los pequeños mercaderes, abusando de sus precios y el estatus que posee, obliga a la competencia a ocupar los peores lugares de ventas, e incluso impone los precios que deben de poner, cobrando un impuesto por las ventas que se realizan en su área, que cada vez, es mayor. Al contrario que tú, atendí la petición de mercaderes que les era imposible pagar y que solo buscan poder trabajar.
- Vaya, vaya, ¡fíjate!. Toda una vengadora nada más y nada menos. Pero aún no me has dicho tú nombre.
- Vamos… V, no querrás que te lo ponga todo tan sencillo, ¿verdad?
- Creo que no estás precisamente en disposición de…….

Todo continuo mucho más deprisa de lo que Vendetta le hubiera gustado. Noto un fuerte dolor en su pie, le acababan de dar un pisotón que le hizo encogerse de dolor, inclinándose lo suficiente como para sentir la cabeza de la desconocida contra su barbilla.

Se encontraba desequilibrado y desorientado, y notó como ella se agachaba y dejaba caer con todo su peso, dejando el cuerpo muerto, escurriéndosele entre los brazos -"Esa mujer…. "

Todo había vuelto a su situación original, uno enfrente al otro, la cama entre ambos formaba realmente un pequeño obstmininoentre ellos.

- ¿Qué diablos está pasando…- la voz medio sorprendida y asustada del hombre que estaba entre ellos asustada les veía intentando esconderse entre las ropas de su cama, pensando en que pesadilla se había ido a despertar. Fue su último pensamiento.
- Cállate
- Cállate

Las dos veces sonaron al unísono, ambos golpes fueron mortales. El de él, le desgarro la garganta, el de ella le atravesó el corazón. La muerte fue fulminante.

Los dos se quedaron mirándose, la macabra escena hacía sonreír a cada uno de ellos debajo de sus mascaras.

Ella alzo la mano, en un primer momento, hizo ponerse en guardia a Vendetta, pero enseguida se dio cuenta de que iba desarmada. Sólo se estaba despidiendo de él. Se dio la vuelta y comenzó a andar, con la seguridad de que no sería atacada por la espalda. Alcanzó la ventada de un salto desapareció, dejándolo a él con el corazón latiendo a un ritmo inusual.

Ni la adrenalina, ni la emoción, el riesgo o la muerte le habían hecho sentir así.

Del otro lado de la ventana, volvió aparecer ella.

- Devil, me llamo Devil – y acto seguido desapareció, esta vez, definitivamente.
- Devil….., nos volveremos a ver, cuídate -diciéndolo, sin darse cuenta, de que lo había pensado en voz alta.

Vendetta, el primer encuentro

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Posted by: Altair.4501

Altair.4501

Bravisimo! xD dame mas ^^

Vendetta, el primer encuentro

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Posted by: Arkangel Lee Ahpar.6018

Arkangel Lee Ahpar.6018

Gracias Altair